lunes, abril 23, 2007

Hoy no quiero que desgarres mi camisa

Hoy no quiero que desgarres mi camisa
ni que arrastres sin mirar cadera abajo
un embrollo de mi ropa entremezclada.

Hoy no quiero que tus manos impacientes
me presionen tan fuerte entre los muslos
que una pizca de dolor lance una queja
y el gemido sea una súplica indecente,
una forma de decirte que no pares.

Hoy te pido que prolongues cada paso,
que disfrutes al bajar la cremallera,
que te aprendas el sabor de mis lunares,
y dibujes con la lengua un cuadro abstracto
en el lienzo de mi piel, de mil colores.

Hoy el juego será lento, y las caricias
nacerán desde la nada en espirales,
serán nuevas, inventadas, tan distintas
que creeremos ver el fin en cada una.

Hoy tenemos que palpar cada segundo,
y guardar una memoria detallada
del olor de los suspiros y los ruegos
del sabor de las palabras sin sentido.

Hoy será la última vez que nos amamos.

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