sábado, septiembre 17, 2011

EL DIA QUE NUNCA ACABÓ

En este poema me voy a permitir una pequeña introducción:

Ayer era viernes y había asamblea en el barrio. Al final, como habían pasado cuatro meses desde el 15 de mayo, alguien sugirió que quien quisiera, compartiera con el resto alguna reflexión sobre lo que había significado ese día para él/ella. Mientras, Valentina y dos amigas más (Violeta y Pati), se apartaron a un rinconcito y nos pidieron un cuaderno y un lápiz. Como broche a la asamblea nos leyeron este poema conjunto que acababan de componer:

El 15 es el número de nuestra revolución,

el día en que nos liberamos

y el que nunca acabó.

Por ahora no nos han hecho caso,

pero que sepan que seguiremos

(por si acaso).

miércoles, septiembre 14, 2011

viernes, septiembre 09, 2011

LA PAZ

La paz no se rinde,
la paz está viva,
y cada vez que la miras
vuelve a rejuvenecer.

Algunas veces se esconde,
otras no quiere salir,

pues si el mundo no es justo
ella no puede vivir.

sábado, julio 16, 2011

SÓLO UN PASO

Un paso y no más
es lo que darás,
para agarrar tu vida,
para conseguir la paz.

El paso de uno no vale,
sólo un paso de la humanidad.
Hacia delante,
y no hacia atrás.

domingo, mayo 08, 2011

UNA NOCHE DE COLORES

Mi primer arcoiris lo vi por la noche

cuando el sol ya no resplandecía

y cuando la lluvia no terminaba de caer.


Me inspiré al verlo y escribí esta poesía,

y desde aquel día ya no lo volví a ver.

jueves, abril 14, 2011

PAISAJE ORIENTAL

miércoles, marzo 23, 2011

LOS LIBROS

Los libros no son nada morosos,
es más, comen osos.
Tampoco reinan el mal,
sino todo lo contrario: nos dan información federal.

Si nos los comemos no seremos más listos,
pero si nos los leemos sí.

Los libros, como la vida, siempre tienen un final,
aunque a veces acaba fatal.

sábado, febrero 05, 2011

miércoles, enero 05, 2011

EL ALIENTO


El mal aliento del lobo


espantó a mis ovejas,


pero solo las espantó


para comerse unas cerezas.




Corrieron y corrieron hasta el fin


y yo desalientada las perseguí.


Perdí diez, quince, veinte,


al final solo una encontré,


pero esa vez mi aliento salió,


y a la última oveja espantó.




Así que como pastora


yo solo valgo para estar sola.