Mi madre estaba en la terraza mirando una paloma, y no sabía si el palomo que la seguía la estaba cortejando o era su hijo.
Tan intrigada estaba que se leyó un libro de adivinanzas mientras la iguana Macuyana la miraba con unos ojos tan grandes como los de un buho.
Vio que las palomas acercaban sus picos y pensó ¿será un beso? ¿le estará dando de comer?.
Le preguntó a una margarita, y creyó que eran novios, pero la margarita se equivocó.
martes, agosto 28, 2007
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