¿Y si te adornas con lazos blancos?
Ya sé que estás triste,
ya sé que te falta la boca para enamorar,
que tu cuerpo lo habitan viejas ternuras;
pero puedes empolvarte con sueños dorados
y tocar baladas que imiten
zambombas.
Pon en tu vida un puente
que atraviese una hebra de papel de plata.
No importa si no puedes cruzarlo,
no importa si no sonríes:
nadie te mira.
Sal a la noche de espectros coloridos,
disfraza tu sombra de amigo invisible.
Roba veinticinco campanillas
para ponerlas en la guantera
y luego escucha su jubiloso funfuneo.
Ya sé que eso te hará llorar,
pero no habrá testigos.
Visita objetos superfluos
expuestos en bazares tras nieves de harina.
No hay regalo que te colme,
ni compra que alivie tus fracasos.
Tampoco nadie notará tu presencia.
¿Y si te adornas con lazos blancos
y escondes tu encanto bajo un cono iluminado?
Cuando todo pase
quizás alguien te descubra.
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