Entre el cuerpo indefenso de un molusco
y la sombra de un hombre desgraciado
ahí me encuentro ni triste ni mojado
hay quién piensa que es eso lo que busco.
No es verdad: ahora estoy buscando musgo,
hace poco lo había por todos lados,
dice Adela que lo hay en el mercado,
dice Adela que yo siempre me ofusco.
Busco musgo, me ofusco, estoy helado,
soy molusco indefenso en un mercado.
Me refugio en el carro de una vieja,
y ahí me encuentro, ni solo, ni aceptado,
ni capaz de salir, ni desgraciado,
como musgo en la arruga de una almeja.
martes, febrero 06, 2007
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